Las instalaciones solares te permiten generar en tu vivienda tu propia energía verde y en ella podemos distinguir dos tipos:
Instalación conectada a red:
Este tipo de solución de autoconsumo conectada a red es la más utilizada y la más recomendada por nuestros asesores solares. El principal objetivo de este tipo de instalación es reducir la factura de la luz que tengas con tu compañía eléctrica, ya que seguirás conectado a ella.
Generarás electricidad durante el día gracias a la energía solar, y cuando esto no sea posible, consumirás de la red eléctrica.
Al ser una instalación fotovoltaica conectada a la red eléctrica, debes formar parte de uno de los dos subgrupos:
- Autoconsumo con excedentes: Este tipo de sistema vierte la energía sobrante a la red, por lo que estarías dando la energía que te sobra a la red eléctrica. Puedes solicitar una compensación económica por esto, pero todo depende de una serie de condiciones que le recomendamos que consulte con su compañía.
- Autoconsumo sin excedentes: Requiere algún tipo de sistema de almacenamiento como por ejemplo una batería, para almacenar la energía sobrante y utilizarla en otro momento y así no verterla a la red.
Instalación aislada:
Este tipo de instalaciones de placas solares están totalmente desconectadas de la red eléctrica. Normalmente esto es debido a que las viviendas o empresas que recurren a esta solución fotovoltaica se encuentran en localizaciones donde no existe la posibilidad de conectarse a la red eléctrica. Este tipo de solución es muy similar a las instalaciones conectadas a la red eléctrica sin excedentes, ya que también cuentan con baterías solares.